miércoles, septiembre 17, 2008

Pésame

Desde este medio nos unimos al dolor de la Familia Gracia Vázquez, por el fallecimiento del tío Eduardo, de quien tenemos gran aprecio y gratísimos recuerdos; así como también elevamos desde aquí una oración y ánimo, extensivos a la tía Ana, Mariona, Felipe y Leo.

BESOS para todos.

La gran familia de Dueronueve.

http://www.abcdesevilla.es/hemeroteca/historico-04-05-2004/sevilla/Sevilla/el-exilio-de-los-ni%C3%B1os-retrata-a-las-mayores-victimas-de-la-guerra-civil-y-de-cualquier-otra-guerra_9621308692042.html

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta tarde me despedí de ti Eduardo,abracé de veras a las mujeres de tu casa. Eras una persona buena y generosa,de una pieza,irrepetible.
Me gustaba tu calma, tu seny, tu idealismo y tu corazón, situado a la izquierda.
Te agraceré siempre tus consejos de marino y tus contactos en Santander que me facilitaron mi primer empleo en una naviera italiana.
Recordaré tu habilidad para mezclar vermouth y gin (como me contaste que te enseñó aquella radiotelegrafista escandinava, con la que hablé una vez por radio).
Recordaré como me prestaste tu Seat 1430 para ver a mi novia en Sevilla.
Recordaré aquella conversación con tio Diego en la calle Ancha, en la que contabas que con las mujeres te empezaste a preocupar el día que empezaron a tratarte de usted.
Hasta siempre Eduardo, nos veremos en la mar.

Anónimo dijo...

Desde Panamá un fuerte abrazo, queridas Ana y mariona; nuestro cariño incondicional y siempre nuestras oraciones.
Fuimos afortunados en poder compartir momentos con Eduardo en Panamá y Sevilla, momentos gratos que recordaremos por siempre.
Nos unimos desde aquí al sentir de toda la familia.
Un muy fuerte abrazo,
Pilar, Antonio, María Eugenia y Eugenia Guadalupe.

Anónimo dijo...

A un Marino nostálgico.

Siempre te recordaré, eras un marino que vivias para la mar, recuerdo en aquellas reuniones en casa de la abuela, nos contabas tus viajes sobre todo el de Madagascar que te marcó tan profundamente, y yo me embelezaba con tus vivencias. Eras un hombre firme en sus convinciones, y muy justo, y cuando te nombraron Juez de Paz, no te podián dar un cargo más idoneo para tí y más acertado.

Siempre te recordaré.

Anónimo dijo...

Eduardo, al hablar en tu despedida con algunos vecinos de tu pueblo, pude comprobar que allí le decíamos adiós al ÚLTIMO COMUNISTA, como tantas veces te había escuchado decir.
Intentaré poder llegar al nivel de honradez, generosidad y desinterés que tú siempre tenías con los demás.
Hasta siempre,
Antonio Jubiloso