domingo, noviembre 26, 2006

Crónica de un camino con lluvia.


Como cada año, sobre las 8‘30 de la mañana nos encontramos para desayunar en el cruce de la Raya. Fue el desayuno más atípico de mi vida, todos apiñados en el sombrajo. Café, leche bizcocho, perrunillas, bolachas, aguardiente, pacharán, amarginha y agua, mucha agua.

El agua, en este caso después de más de diez horas de lluvia, unido a la inexistencia de desagües en la Raya, hace que cada vez que llueve, esos caminos se conviertan en verdaderas corrientes y lagunas de agua.

Así que, en espera y con el ánimo de que amainara, nos reunimos en conclave para decidir si volver al el Rocío o tirar para adelante. Tomamos la decisión de seguir con los planes previstos e iniciamos la marcha.

La situación en la Raya una vez que se llego al “portichuelo” no parecía mejorar mucho, por lo que se tomó la decisión de seguir hasta Palacio para el tentempié, el Ángelus y los bautizos, en donde los jóvenes volvieron a montar el sombrajo en el pilón. Creo que le vamos a tener que dar la razón a la ministra de la vivienda con los pisos de 35m2, ¿Cuántos estábamos metidos allí dentro?

Después de compartir lo que llevábamos, incluida una coca de miguitas que nos trajeron de Alicante, rezamos el Ángelus y comenzaron los bautizos, 27 nuevos bautizados, 27 nuevos amigos para sumarlos a todos los que hacemos el camino.

Nuevo conclave y se toma la decisión de volver a el Rocío sobre nuestros pasos en los coches, algunos dieron dos viajes para recoger a los que pudieron montarse en la primera oleada.

No obstante, siempre hay gente valiente y atrevida y decidieron ir al Rocío por el camino de siempre. Lograron llegar e incluso ayudaron a salir de la laguna que se formó entre el puente del Ajolí y caño Marín, a gente que no venia con nosotros, pongamos el ejemplo de unos con un AUDI Q7 (72.600,00 €), el coche ya no le arrancaba, y dio la casualidad que fueron los mismos que insolidariamente al primo Yiyi, Nuria y a la prima Sofía, y actuando con la frialdad de los conductores que no miran por los demás y pasaron por un charco a velocidad y los empaparon más de lo que estaban. ¿Qué el coche se les estropeara después seria el pago por lo que hicieron?
Ya en el Rocío y en la casa hermandad de Benacazón se hizo el almuerzo, Migas, Arroz con longuerones, Espinacas, Callos, los aliños del tío Manolo, etc, etc…

Esta es mí crónica del camino de este año, no os puedo incluir fotos, me fue imposible hacerlas, si alguien me manda alguna la colgaré.

Besos a todos los que vinisteis y a los que no, estáis disculpados.

El primo Emilio

2 comentarios:

fernando j. gómez rosa dijo...

para los que no fueron: A PESAR DEL AGUA LO PASAMOS MYU BIÉN. OS ESPERAMOS EN LA PRÓXIMA CAMINATA.

luis dijo...

la Piti se ahoga.